Paulina Flores EN RESiDENCiA en el Instituto Infanta Isabel d’Aragó

Uno de los juegos que más me gustaban de pequeña era el 'Juego del teléfono', también lo llaman el "Teléfono Escacharrado". La dinámica es más compleja de lo que uno pensaría y contiene elementos o ideas con los que trabajo en mi oficio de adulta: creatividad con las palabras escogidas, comunicación, memoria e interpretación. Coloca en primer plano el 'Decir y el Escuchar'. Pero también da cabida al error, a su importancia, ya que ahí reside una de las cosas más divertidas del juego: después de pasar por una cadena de orejas, y mentes diferentes, yo anhelaba deleitarme sintiendo como había cambiado el contenido inicial del mensaje. En mi opinión, en arte y literatura, el "mal entendido" puede ser una forma aún más rica, libre y renovadora de interpretar.

También me fascinan los gestos íntimos que acompañan la transmisión del mensaje: "murmurar" y la posición "manos-oreja", que se parece mucho a oír el mar a través de una concha o cuando explicamos un secreto.

Memoria, malentendidos y secretos es una bella casualidad que, tanto la literatura como el juego del teléfono, reúnen estos tres conceptos. Para la creación colectiva me gustaría que reflexionáramos en torno a ello mediante varias propuestas.