Núria Lloansi i Pierre Peres EN RESiDENCiA en el Instituto L’Alzina

El punto de partida son los alumnos, ellos mismos, sus deseos, lo que ellos quieran decir, mostrar, expresar, compartir. Desde sus pensamientos y sus gustos musicales y estéticos, pasando por sus aficiones, pasiones, miedos, odios y lo que mejor saben hacer y lo que peor saben hacer, hasta objetos personales llenos de significado.

Es decir, la temática de la obra que vamos a crear con ellos, conjuntamente, no está preconcebida, sino que depende totalmente de ellos.

Queremos empezar haciendo un ejercicio muy simple: se trata de compartir, cada uno de ellos, un deseo personal y, entre todos, hacerlo realidad. Hacer posible lo aparentemente imposible, desde el deseo más íntimo hasta el más universal. De ahí saldrán inevitablemente acciones y escenas que se pueden ir acumulando y fusionando.

Por otra parte, vemos la música como el hilo conductor, como el acompañamiento de todo, como un punto común. Sería música en directo y multidisciplinar, hecha por ellos.