Martí Madaula EN RESiDENCiA en el Instituto Vapor del Fil

‘Murmullos para extraterrestres'

En 1977, la sonda espacial Voyager 1 fue lanzada al espacio exterior con la misión de explorar los límites del sistema solar. Hoy en día, cuarenta y cuatro años después de su lanzamiento, sigue en funcionamiento y es el objeto humano más alejado de la Tierra. El suyo es un viaje sin retorno: el Voyager 1 se alejará de nosotros para siempre, navegando por el vacío del universo hasta perder la señal con nuestro mundo.

De hecho, nadie sabe hasta dónde llegará, y esta incertidumbre se tuvo en cuenta a la hora de diseñar la sonda. Un grupo de científicos creó el Voyager Golden Record (The Sounds of Earth), un disco de vinilo bañado en oro que se colocó en la estructura de la nave. Este disco contiene sonidos e imágenes de la Tierra (una selección que incluye desde una pieza de Mozart al sonido que hacen las ballenas, entre mucho más material), con la intención de que, si algún día alguna forma de vida extraterrestre encuentra la nave, quizás pueda descifrar el contenido del vinilo y sabrá cómo somos los humanos y nuestro planeta.

A lo largo del curso, me gustaría investigar y analizar el contenido de este disco, entendiéndolo como un intento relevante de comunicarnos con lo desconocido y de representarnos como especie. En segundo lugar, me gustaría plantear que nuestro grupo-clase también tiene la oportunidad de lanzar una sonda al espacio: ¿querríamos incluir un disco con nuevo material? ¿Qué imágenes y sonidos nos representarían? ¿Qué lenguajes deberíamos escoger para comunicarnos con formas de vida que desconocemos?

Éste sería el punto de partida de la propuesta, con el que podremos trabajar la investigación artística para reflexionar sobre cómo los humanos nos relacionamos con el espacio exterior, la fricción entre lo que nos parece cercano y lejano, y los límites de la representación.