Josep Maria Balanyà EN RESiDENCiA en el Instituto Joan Brossa

SONIDO-RUIDO, METAL, ALMA [INSTALACIÓN SONORA INTERACTIVA]

Propuesta

Cuando me invitaron a crear un proyecto artístico con un grupo de estudiantes que no tenían nada que ver con el arte o la música, pensé que hay una serie de experiencias que podíamos compartir: 

 • Modificar nuestros sentidos para “sentir” sonidos e imágenes desde estratos diferentes de los habituales.

 • Llevar a cabo un proceso de aprendizaje y reflexión mediante los conceptos de sonido, música y estética.

 • Rescatar y seleccionar productos de desecho cotidianos o bien industriales para darles un uso nuevo. 

 • Crear una instalación de sonido que incluya elementos visuales, sonoros y temporales.

 • Finalmente, desarrollar una performance en la que los estudiantes y yo nos convirtamos en actores y sujetos de los sentimientos experimentados en este proyecto.

Este trabajo artístico puede producir sonido accidental y deliberadamente (que los estudiantes o yo hayamos provocado) cuando posteriormente se presente al público. El resultado final, como todo el proceso, será artístico, funcional, interactivo y catártico.

Josep-Maria Balanyà

 

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Instalación escultórica y sonora interactiva (250 x 250 x 230 cm) y performance

So-roll, metall, ànima es una escultura sonora consistente en una pieza de hierro en forma cúbica (2,5 metros de alto por 2,5 metros de ancho) que contiene elementos visuales y sonoros recolectados a lo largo de los meses de la residencia. La mayoría de las piezas son de metales diversos y formas y cualidades diferentes. Todas las piezas están suspendidas con un hilo de nailon: las puede mover el viento (si la instalación se sitúa en el exterior), y también las personas que estén dentro del cubo pueden moverlas accidental o voluntariamente; en primera instancia son los intérpretes de la performance los que percuten las piezas y posteriormente el público.

Durante ocho meses intensos, desde septiembre de 2010 hasta abril de 2011, se ha desarrollado el proyecto en cuatro capítulos diferenciados. La primera parte de la residencia se dedicó a reflexionar sobre los conceptos de sonido, música y estética. Los estudiantes han modificado la sensibilidad de sus sentidos, han percibido el entorno desde estratos diferentes de los habituales y han aprendido a producir sonidos y a hacer música con objetos no musicales.

La fase siguiente se centró en la búsqueda y la producción de objetos artísticos sonoros, haciendo un trabajo de rescate de materiales cotidianos y/o industriales ya usados o desechados. En este capítulo se han reciclado objetos apartados de su función inicial, “muertos”, y se les ha devuelto la vida mediante una función artística y sonora.

A continuación se creó la instalación sonora. En la base del cubo, dentro de los perfiles, se colocó una plancha de hierro elevada a 10 mm del suelo. Debajo de la plancha, unos micrófonos de contacto amplifican los sonidos producidos por las personas que se mueven sobre la plancha cuando entran en el cubo.

Finalmente, el 15 de abril de 2011 se celebra una performance. La pieza ejecutada desde el principio siguió un curso variable, engendrado por la interacción en tiempo real entre la dirección de Josep-Maria Balanyà y los estudiantes participantes en la residencia: una creación única y viva.

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Instalación sonora interactiva

Un proceso de aprendizaje y reflexión a través de los conceptos de sonido, música y estética.

Modificar la sensibilidad de nuestros sentidos. Percibir el entorno sonoro desde estados diferentes de los habituales. Aprender a producir sonidos, a hacer música con objetos no musicales. Este paisaje sonoro es un recorrido por diferentes momentos del proceso de creación del proyecto: la llegada al instituto, el recibimiento de los alumnos, sus sonidos favoritos, los ensayos, las visitas a lugares en los que se hizo la búsqueda de objetos sonoros, los comentarios de los participantes sobre sus impresiones, sus preferencias musicales y sonoras...