Mayo 20

‘Res no està trencat’, reparar i donar nova vida als objectes

El Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Instituto Vall d'Hebron presentan el proceso de creación de Svantje Bußhoff EN RESiDENCiA en el Vall d'Hebron.

‘A lo largo de todo un curso, hemos trabajado el concepto de reparación. Y hemos experimentado cómo se rompen las cosas, paso previo para repararlas y darles un nuevo uso’. Con estas palabras, la creadora Svantje Bußhoff EN RESiDENCiA 2020-2021 en el Instituto Vall d'Hebron explicó en qué ha consistido el proceso de creación que ha compartido con un grupo de alumnos y alumnas de 1º de ESO y docentes del mismo centro. ‘La idea general del proyecto era aprender a mirar los objetos con amor y ternura. No descartar las cosas rotas o dañadas, sino ver de qué manera podrían volver a incorporarse al mundo’. Y, a juzgar por los cuidados y reparaciones de objetos diversos (un ladrillo, una regla, un calcetín, una cafetera...) que ha hecho el grupo, el objetivo se ha logrado con creces.

Un proceso de creación, dos presentaciones públicas

El 6 de mayo tuvo lugar la presentación de la intervención más significativa que se ha realizado a lo largo de la residencia de Bußhoff en el Vall d'Hebron: la recuperación de las viejas farolas que se oxidaban en la parte trasera del instituto, y a las que nadie prestaba atención. Tres soportes de estilo modernista, forjados en hierro, que perdieron su función original hace muchos años y que ahora, gracias al trabajo reparador de las y los alumnos, la artista, el equipo del Museu Nacional d’Art y la docente implicada en el proceso de creación, han iniciado una segunda vida.

El acto consistió en un itinerario por el área posterior del centro de la mano del alumnado, que explicó a sus compañeros y compañeras qué decisiones se habían tomado para reparar las farolas dañadas, qué materiales se utilizaron para hacerlo y cuál era el sentido de sus intervenciones. La primera farola, convertida en el soporte de un móvil de peces de colores y cascabeles, conecta con el viento, que lo mueve y hace tintinear. La segunda es ahora una instalación sonora: es el soporte de unas campanas hechas con tubos reciclados; mientras que la tercera, y última, se reencuentra con el uso que tuvo hace casi un siglo. Porque, aquí, una guirnalda de luces introducida en un tambor metálico ilumina el espacio cuando cae la noche.

Una semana más tarde, en la Sala Oval del Museu Nacional d’Art de Catalunya, el equipo participante en la residencia se reencontró para presentar otros objetos que había reparado durante el curso. La exposición Re-parar de Svantje Bußhoff, abierta hasta el 23 de mayo, ha incorporado una vitrina con estos objetos sanados por el alumnado: con ello, la muestra ha pasado a ser colectiva. Objetos y motivos que a menudo pasan desapercibidos, como grietas en un muro o un ladrillo, pero que después del tratamiento al que fueron sometidos, se han convertido en piezas expositivas. ‘Me dieron un billete casi roto por la mitad, inservible’, explicó Juanjo, uno de los alumnos y guías de la muestra. ‘En lugar de tirarlo a la basura, lo cosí y lo decoré, con unos "brillantitos" por un lado, como si fueran ojos, y otros motivos por la otra cara’. Su compañero Sebas presentó su pieza reparada: ‘Antes era solo un trozo de plástico que no tenía ninguna utilidad, estaba roto. Pero le añadimos unas piezas también de plástico que representaban las teclas de un ordenador y ahora parece un teclado’. Mariam, otra de las participantes en la residencia, puso en contexto una creación que reproducía unas líneas irregulares sobre dos láminas alargadas de papel: ‘En el instituto encontramos una pared con grietas y las pintamos. Después, las estampamos sobre el papel y las decoramos, por ejemplo, como si una de ellas fuera un río’.

Más objetos: una cafetera oxidada y sin mango es ahora un objeto decorativo, con un alambre como asa y una capa de color blanco; una partitura en la que las notas son los agujeros encontrados en las paredes del instituto o de la calle, que un alumno fue marcando en una libreta (también expuesta); una regla de 30 cm rota se arregló añadiéndole una pieza de silicona; una llave inglesa hecha a partir de un trozo de madera; un ladrillo roto que se reparó en un recipiente con yeso, después de probar otras técnicas. ‘Cuando intentas reparar algo tienes que encontrar el material más adecuado para hacerlo. Es un proceso de probar y equivocarse, un camino en el que te vas desviando y que no abandonas hasta que consigues tu objetivo’, dijo Svantje Bußhoff.

El proceso de creación, objeto de un documental

La visita guiada a la exposición tuvo continuidad en la proyección de un breve documental sobre la reparación de las farolas del instituto y la colocación de los objetos que les han devuelto la vida. El vídeo, que se había estrenado el 6 de mayo el Vall d'Hebron, recoge la fabricación de los diferentes elementos que ocupan el lugar de los viejos faroles en la fachada posterior del centro y su instalación, a cargo de Xavier Pérez, trabajador del Museu Nacional d’Art, antiguo alumno del instituto y colaborador del proyecto.

Después, tal y como hicieron en la presentación del 6 de mayo, las y los participantes valoraron la experiencia: de manera unánime, destacaron que ahora tenían una mirada nueva hacia los objetos, que han aprendido a apreciarlos y a repararlos cuando se dañan. ‘Hemos aprendido que nada está roto, que todo puede tener un nuevo uso’, apuntó un alumno. ‘Ha sido un aprendizaje muy interesante, hemos visto que las cosas rotas pueden tener otra vida’, dijo otro. Y más de uno aseguró que los objetos que habían creado formarán parte de su vida. Bußhoff tomó nuevamente la palabra: ‘Durante el proceso, además de trabajar los objetos hemos hablado de muchos temas, como el valor de los objetos y los vínculos que se pueden establecer’.

Todos los objetos expuestos en el Museu Nacional d’Art, así como otros que también se repararon pero que no forman parte de la muestra, se pueden ver en el blog de la residencia. Es una oportunidad para conocer más a fondo el proceso de creación de Res no està trencat, que contó con comisariado y coordinación del Museu Nacional d’Art de Catalunya y de A Bao a Qu.